martes, 27 de octubre de 2015

LA BRUJERÍA

“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías,  enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,             disensiones, herejías, envidia, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; y os digo que los que practican tales cosas no heredarán el Reino de Dios”:
                                                 (Gálatas 5:19-21).


La práctica de la brujería es una obra de la carne. Pablo escribe: La palabra griega para hechicería es pharmakeia, que se refiere a la persona que prepara y utiliza remedios mágicos. La versión inglesa King James la traduce como “brujería”.

Aunque la brujería es una obra de la carne, el espíritu de brujería puede influenciar a nuestra carne para que hagamos todas las otras obras de la carne. Pueden atraer a la carne a cometer adulterio y fornicación. Puede manipular circunstancias en nuestras relaciones para levantar contiendas, celos, y arranques de ira. Puede controlar todos los aspectos de nuestra carne para hacer el mal si dejamos que tome dominio.

La brujería, como obra de la carne, tiene dos dimensiones en sí. Uno es el concepto estricto y familiar que surge normalmente en la mente. Evoca la imagen de una mujer vieja y huesuda, con el rostro arrugado y una voz estridente, encorvada sobre una tetera de hierro, hirviendo una poción de arañas y hierbas para hechizar a las personas. Evocamos muñecas de vudú, tablas de ouija, tarjetas del tarot, bolas de cristal, lectura de las manos, astrología, meditación, parapsicología, fenómenos psíquicos y telepatía mental. La forma mas descarada de brujería es la adoración satánica, en la que se sacrifican niños y animales para obtener poder espiritual. Todas estas prácticas pertenecen al lado oscuro de la brujería. Jezabel ciertamente practicaba la cara oculta de la brujería y se rodeaba de profetas que hacían lo mismo. La Biblia deja absolutamente claro que tales prácticas son una abominación para Dios.


No comeréis cosa alguna con sangre. No seréis agoreros, ni adivinos
(Levítico 19:26).

No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.  Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti. Perfecto serás delante de Jehová tu Dios. Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha  permitido esto Jehová tu Dios. (Deuteronomio 18:10-14).

La otra dimensión de la brujería es más amplia y más sutil. La defino como cualquier cosa que se hace para manipular a otros en contra de su voluntad, para lograr los deseos propios egoístas. La manipulación es un intento de controlar a alguien. El control y la manipulación son prácticas de la brujería. En nuestro día, no usamos poción de brujas para controlar a los demás. Más bien, hacemos otras cosas como utilizar las emociones, retenemos afectos, provocamos temores, provocamos culpa, intimidamos con la ira, mentimos y engañamos o usamos la autocompasión.

La práctica de la brujería en este sentido más amplio del término, abunda en nuestras vidas y tiene efectos devastadores sobre nosotros en la vida diaria. Si podemos ver como funciona en la vida diaria, quizás podamos ver lo común que es su práctica en todo el sistema "cercano".

 
LOS EFECTOS GENERALES DE LA BRUJERÍA
La práctica de la brujería, intentar que otros hagan cosas en contra de su propia voluntad—impregna cada nivel de la experiencia humana, desde los políticos que nos engañan para conseguir nuestros votos, los anuncios que envían mensajes subliminales, los comerciantes que tratan de engancharnos con sus productos, los clérigos que tratan de dictar a nuestras conciencias, hasta los artistas, que juegan con nuestras emociones. Todo el mundo quiere algo de nosotros. Principalmente quieren nuestro dinero, y si pueden, explotarán nuestros cuerpos, almas, mentes, tiempo y talentos para conseguirlo. La mayoría de nosotros "practicamos la brujería" sin ser conscientes de ello. Terrible!!. La práctica de la brujería es tan sutil y común que o bien no la reconocemos, o bien nos hemos insensibilizado a ella. Simplemente experimentamos su frustración.

La práctica de la brujería es la causa principal de problemas en el mundo. Es la causa principal de problemas en el hogar entre maridos y esposas, padres e hijos, hermanos y hermanas, que intentan manipularse el uno al otro. Es la causa de contienda entre amigos y naciones. Es la mayor fuente de conflicto en las iglesias.

Sentimientos de culpa, depresión, sospechas, meditaciones mentales y ensayos, ira y amargura, fantasías, confusión, celos, deseos irresistibles, y obsesiones, pueden ser provocados por la práctica carnal de la brujería. La pobreza, el crimen, la enfermedad, afecciones y conflictos en la relaciones, están también entre los efectos de la brujería.

La brujería influencia esos comportamientos en nuestras vidas sobre los que no se tiene fuerzas—cosas a las que se puede ser adictos: el tabaco, la bebida, las drogas, la televisión, el internet, la música, la comida, los deportes, la pornografía, el sexo, las relaciones y los juegos de azar.

Estos efectos de la práctica de la brujería son tan universales que todos nosotros nos identificamos con al menos algunos de ellos. Casi todos nosotros, en un momento u otro, experimentaremos la frustración y la ira que resulta de la manipulación.

La presencia de la brujería crea una atmósfera que seca la vida de cualquiera que sea tocado por ella.


INDICIOS DE BRUJERÍA

Estos son algunos de los indicios de las prácticas sutiles de la brujería en la vida diaria:

El engaño y la mentira indican la presencia de brujería. Mentir es mentir, tanto si pensamos en ello como una "mentirilla - mentira pequeña" o un gran engaño. Diferenciamos entre mentiras piadosas y grandes engaños para justificarnos o para disminuir las consecuencias. Al mentir, estamos escondiendo alguna verdad para hacer que algo suceda o para evitar la consecuencia de lo que pueda suceder.
La verdad nunca tiene que ser retorcida, manipulada, forzada o alterada. Una vez que ha sido alterada, ya no es verdad. Se ha convertido en una mentira. Dios no tiene que mentir, hacer la vista gorda o maquinar para que la gente le obedezca. El simplemente da Su Palabra en verdad llana y ordena que los hombres la obedezcan.


La fortaleza del yo es otro indicio de brujería. "Practicamos" brujería cuando confiamos en nosotros mismos. Tratamos de hacer que sucedan las cosas en nuestra propia fuerza, especialmente esas cosas que deberían ser entregadas a la operación del Espíritu Santo. Filipenses 3:3 afirma que como creyentes: ”Somos la circuncisión, los que adoramos a Dios en el espíritu y nos gloriamos en Cristo Jesús, y no confiamos en la carne”. Salmos 118:8 confirma: “Mejor es confiar en Jehová que confiar en el hombre”.

Otro indicio de brujería es el intento de muchos por controlar indebidamente sus vidas y las vidas de los demás. La gente insegura intenta hacer sus mundos mas seguros construyendo estructuras para ellos mismos y para los demás en sus vidas. Cuando somos inseguros, pensamos que tenemos que controlar a Dios, a los demás, a nuestro entorno, y cada circunstancia de nuestras vidas. Intentamos controlar lo que sentimos, pensamos, decimos y hacemos.

Otros indicios de brujería son el temor, la preocupación, la duda, la ansiedad y la inquietud. Cuando no podemos controlar por más tiempo a los demás ni creer que podemos confiar en Dios, nos entra el pánico. Sin embargo, no necesitamos temer, ni manipular ni controlar a los demás ni a las circunstancias por más tiempo, una vez que sabemos quienes somos en Cristo. Podemos “soltar algo, y dejarlo en manos de Dios...” Podemos descansar en nuestro conocimiento de que el Señor es Dios y es soberano sobre todo.
El orgullo es otro indicio de brujería. Es una forma de mentira porque el orgullo esconde. Esconde la inseguridad que las personas orgullosas no quieren que otros vean. El orgullo indica una extrema conciencia y preocupación por el Yo. Se manifiesta en egos bien auto exaltados, o humillados. La auto-humillación es una falsa humildad. Es orgullo disfrazado.

La rebelión manifiesta también a la brujería. Es la voluntad de la carne levantándose contra la voluntad de Dios. El Rey Saúl regresaba de la batalla habiendo desobedecido a Dios. Dios había mandado a Saúl que aniquilara completamente al enemigo. No lo hizo. Por el contrario, trajo algunos delos despojos de la batalla con él. Cuando se le preguntó al respecto, pensó que podría “estafar” a Dios con la excusa coja de que regresaba con animales para hacer un sacrificio a Dios. El profeta Samuel contestó: “¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente, el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación.” 1ª Sam. 15:22-23.


Consecuentemente, Dios rechazó a Saúl como rey, no porque hubiera pecado—David pecó tanto como Saúl—sino por causa de la condición de su corazón. Era ambicioso, engañoso, rebelde, terco e idólatra. Cualquier ambición del Yo va a llevar a la práctica de la hechicería. El Yo tratará de usar personas para coaccionarlas con el fin de que cometan actos en contra de su propia voluntad.


La terquedad es otro indicio de brujería. “La obstinación es adivinación e idolatría” 1ª Sam. 15:23. Las personas tercas son típicamente rígidas, firmes, no dadas al razonamiento, inflexibles, incapaces de ceder y completamente indóciles.
No pueden aceptar estar equivocadas. Tratan de mantener sus posiciones y por tanto, de esta forma sutil, practican la brujería. La gente que tiene su confianza en Dios no es amenazada por las sugerencias, correcciones, opiniones y acciones de los demás. Está dispuesta a aprender de los demás.

Maldecir es también un indicio de brujería. Sin darnos cuenta, a menudo "pronunciamos" maldiciones con nuestras bocas.
Maldecimos a otros, a otras cosas, e incluso a nosotros mismos. Santiago 3:10 nos enseña que nuestras lenguas bendicen a Dios, y al mismo tiempo, maldicen a los hombres que están hechos a imagen de Dios. “De una misma boca proceden bendición y maldición, hermanos míos, esto no debe ser así”. Se pronuncian maldiciones cuando se hablan palabras malignas, blasfemias, juicios falsos, críticas, o cuando estamos de acuerdo con un informe maligno. Los padres pronuncian maldiciones y practican brujerías sobre sus hijos cuando les llaman “malos”, “feos”, “estúpidos”, “torpes” o “inútiles”. Las personas, especialmente los niños, tienden a convertirse en aquello que les llamamos. Creo que los demonios son asignados para hacer reales estas maldiciones!!

La palabrería también es un indicio de brujería. Las personas muy habladoras, con mucha verborrea, que no dejan hablar a los demás, están completamente centradas en ellas mismas. Figuradamente hablando, no tienen oídos. Dominan la conversación y con frecuencia interrumpen a los demás antes de que terminen sus pensamientos. Están preocupadas con sus propios pensamientos y no están realmente escuchando lo que los demás dicen. Pueden usar su verborrea para controlar y aferrarse a otros por temor de perderlos, aunque su incesante palabrería tenga el efecto opuesto, y aleje a los oyentes. Es muy difícil comunicarse con esas personas. “Las personas que hablan mucho también utilizan su muro de palabras para aislarse a sí mismas de la verdadera intimidad”, dice Valerie McCarley.

 
La falta de perdón es un indicio de brujería. "Practicamos" brujería cuando deliberadamente retenemos el perdón hacia los demás para poder manipular sus sentimientos o sus acciones. Pensamos que estamos castigándoles reteniendo el perdón, pero estamos castigándonos a nosotros mismos severamente. Podemos ser secuestrados y retenidos como rehenes por nuestra propia falta de perdón hacia los demás, y también por la falta de perdón de los demás hacia nosotros. Finalmente, por medio de aquello que rehusemos perdonar, terminaremos enganchados en la raíz de la amargura. La amargura puede matarnos.

La impaciencia es otro indicio de brujería. La impaciencia significa que tenemos prisa en que suceda algo. Nos precipitamos en medio del tráfico, nos enfadamos con la gente que se pone delante o nos frena, y tomamos decisiones compulsivas de comprar cosas que no necesitamos. Nos impacientamos con circunstancias, con otras personas, con nosotros mismos y con Dios. “¿Por qué no hace esto o esta otra cosa?” La impaciencia empuja en busca de algo para el Yo, sin tener en cuenta a los demás, o el tiempo y la voluntad de Dios.

La desconfianza en Dios es otro indicativo de brujería. Eso es lo que nos motiva a recurrir a ella. Hace caso omiso del señorío de Jesucristo. Pero cuando nos sometemos a Su señorío, entramos en una relación de confianza en Dios. Confiamos en que Él es absolutamente soberano y que el Espíritu Santo es nuestra guía competente. Estamos seguros sabiendo quienes somos en Cristo.

Nadie puede poner temor, culpa o condenación sobre nosotros, ni puede provocarnos a ira. Sólo buscamos la voluntad de Dios, y nada para el Yo (que normalmente es a expensas de los demás). Nos propondremos apasionadamente mantener a los demás libres de nuestro control y manipulaciones. Cuando aprendemos la fe en Dios—que Él es soberano y está en control—penetramos en ese reposo prometido de Hebreos 4:1-11.

La práctica de la brujería es también evidenciada por dominio, intimidación, actos violentos, quejas, maquinaciones, contiendas, tensiones, enfados, gimoteos, hechizos, adulaciones, seducción, violaciones, chantajes, sobornos, atracos, celos, hipocondría, control mental, rechazo y el temor al rechazo, el poder de sugestión, anuncios subliminales, tramas y competitividad.

En contraste con la brujería, el Espíritu Santo es manifestado por el poder de Dios obrando en nuestras vidas. Produce honestidad, verdad, claridad, confianza, fe, seguridad, descanso, paz, gozo, vida, bendiciones, justicia, luz, poder, salud y sanidad, humildad, sometimiento, un espíritu quieto y benigno, perdón y libertad.

El Espíritu Santo opera cuando basamos nuestra seguridad y fe en Jesucristo como Señor. Zacarías 4:6b dice:
“No con ejército, ni con fuerza, sino con Mi Espíritu, ha dicho Jehová de los Ejércitos.”

Una vida en el Espíritu camina en la confianza del Salmo 37:23.
“Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y Él aprueba su camino.”
Santiago 3:14-18 resume este contraste entre el Espíritu Santo y la brujería para nosotros: “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis ni mintáis contra la verdad. Porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino que es terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.

Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía, y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.” Nota como Santiago usó estas tres palabras: terrenal, animal (sensual), diabólica. Estas concuerdan con la progresión del pensamiento presentado aquí, que la carne (lo que es terrenal), busca algo para el Yo (que es sensual) que invita a lo demoníaco (lo que es diabólico).

La brujería es una fuerza negativa y destructiva de la carne y voluntad humanas. Cualquier grado de brujería es una abominación para Dios. Es una falsificación del Espíritu Santo. El Espíritu Santo de Dios, dador de vida, no permanecerá donde se practique la brujería.

NO SEAS VENCIDO DE LO MALO, VENCE CON EL BIEN AL MAL. Sé libre de la brujería, renuncia a ella, repréndela, hazla morir y ven a la vida, ven a JESUCRISTO! (YAHSHÚA)


DESECHANDO LA BRUJERÍA:
 
“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidia, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; y os digo que los que practican tales cosas no heredarán el Reino de Dios” (Gálatas 5:19-21).
Hoy en nuestro medio está muy de moda hablar de brujos y brujería. De hecho la "famosa" fiesta del sistema muerto de Halloween se ha traslado a todas las partes del mundo y se celebra en los contextos latinoamericanos. Un día de celebración pagano que incluye una adoración a los brujos!

La iglesia evangélica ha luchado mucho contra esta práctica, y creo que ha logrado bastante oposición. Es obvio que nadie que se llame cristiano comulga con  la brujería. Creo que eso está bien establecida la diferencia. Sin embargo lo que  preocupa hoy es que aunque nadie siendo cristiano se declararía brujo, puede haber otras cosas que eleve el pecado al nivel de brujo e idólatra. Vea lo que dice 1 Samuel 15:23: “La rebelión es tan pecaminosa como la hechicería, y la terquedad, tan mala como rendir culto a ídolos. Así que, por cuanto has rechazado el mandato del Señor, él te ha rechazado como rey. O sea que puede haber brujos e idólatras en el pueblo de Dios y no darnos cuenta...

En esta ocasión enfoquemos los "elementos" que describen a una persona rebelde y obstinada. Debido a que esas dos cosas son las que la Biblia usa en este pasaje. La rebeldía y la obstinación. Dividiremos en tres puntos básicos. Primero hablaremos de las raíces, luego del resultado y finalmente intentaremos buscar un remedio para la rebeldía y la terquedad.

La Raíces de la rebeldía y la terquedad  (1 Samuel 15:1-12)
* La primera raíz es lo que se llama la lucha entre la función y forma.  “Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel.” Hay que notar el orden. Primero es “ungido” esa es su función y luego “rey” esa es su forma. A Saúl le interesó más actuar como rey (forma) que como ungido (función). La forma nos da carisma, mientras que la función  nos da carácter.  Dios está interesado más en lo que soy (ungido) que en lo que hago (rey). El mundo te va a llamar para que sea exitoso, pero Dios te llama para que sea fiel.  Lo que le interesa a Dios no son sus logros sino tu corazón.

La segunda raíz tiene es lo que se llama la lucha entre la obediencia y la conveniencia. “Así ha dicho Jehová de los ejércitos…ve…pues no perdones nada… Y luego dice: “Y Saúl y el pueblo perdonaron…Es la lucha entre lo que Dios dice y lo que me conviene. Hemos sido entrenados como cristianos a vivir no por principios sino por preceptos. Dios es claro en sus instrucciones, le explica a Saúl quién es Amalec, le dice la razón la que está disgustado, le explica las consecuencias de su maldad, por lo tanto le da una orden radical. Esta palabra radical no nos gusta. No nos gusta definirnos sobre todo cuando se trata del Señor. Lo curioso es que Amalec fue perdonado, y al final de la carrera de Saúl quien le cortó la cabeza fue un Amalecita. Ese es el problema de la conveniencia que evita la obediencia.

* La tercera raíz  es lo que se llama la lucha entre la temporalidad y la eternidad. “Y Saúl y el pueblo perdonaron…Me pesa haber puesto por rey a Saúl…”El pasaje tiene dos acciones constantes. Hay dos cosmovisiones. Una a corto plazo y la otra a largo plazo. El problema es que vivimos tan inmersos en la temporalidad que nos olvidamos de la eternidad. Nos olvidamos que tenemos que dar cuenta de nuestras decisiones carnales en este mundo y que toda decisión  de desafío a Dios es una pérdida de posición, de privilegios y de respaldo de Dios. Saúl sólo vio al pueblo y no a Dios. El quiso sentirse bien por el momento echando a perder toda su vida.

 Los Resultados de la rebeldía y la terquedad  (vs. 15:13-24)

Hay varios resultados  que se van mostrando en la vida de Saúl. Son como señales que está mandando  de que algo pasó con su carácter interno. Es como una cascada  que poco a poco va soltando  la fuerza de lo que hay dentro. Veamos esos resultados.
 
 Saúl sustituyó palabras por hechos. (vrs. 13) “Yo he cumplido la palabra de Jehová”. Pueden notar que su discurso es exacto y bíblico. Note que dice “Bendito seas tú de Jehová” La expresión bendito en hebreo es muy colorida y dinámica. Incluye una emoción muy grande. En ese sentido Saúl estaba muy emocionado. Eso nos da el indicador  que puedes estar muy emocionado con las cosas de Dios pero desobedeciendo. El dice: “He cumplido” La expresión se puede traducir: “Yo me he obligado a cumplir  tu palabra completamente”. Es decir puedes tener un discurso correcto y estar desobedeciendo a Dios. ¿Cómo se atreve a decir eso? Hay personas que creen que hacer a medias las cosas de Dios, ya están haciendo la voluntad de Dios. Todas estas tres acciones  de Saúl no valen nada si no hay una obediencia total a la Palabra de Dios y en semejanza con su carácter. Estas tres desviaciones se ven por doquier, donde hay “mucho sentir” y hay demasiada falsedad. Donde hay mucha doctrina  y una prepotencia legalista, y también donde hay mucha justicia social y una corrupción de la justicia de Dios. Sin embargo siempre los hechos van a contradecir  nuestras bonitas palabras. Samuel lo confronta y le dice: 14 Pero Samuel dijo: —Entonces, ¿Qué es ese ruido? ¿Por qué se oyen ovejas y ganado? Siempre nuestras contradicciones  de la vida superaran nuestras bonitas palabras.

* Saúl sustituyó una excusa por una confesión (vrs. 14)
“De Amalec los han traído porque el pueblo perdonó…” El vrs. 9 comienza diciendo y Saúl y el pueblo perdonaron…Como seres humanos somos muy dados a inventar  todo tipo de excusas. Hay tres formas que escapamos con excusas cuando no queremos reconocer que hemos cometido una falta o estamos en un pecado que nos gusta. La primera es una visión escapista. La palabra confesar en el NT y en el AT se puede traducir como “decir lo mismo”. Significa que confesamos cuando llamamos  a nuestra conducta como Dios la llama. No hay eufemismos, no decimos es que tan sincera mi relación con un no creyente, es buena gente, o se siente tan hermoso tener relaciones antes del matrimonio, etc. Si no llamamos a lo que hacemos como Dios lo llama, entonces tenemos una excusa escapista. La  segunda es una visión derrotista. A los cristianos se nos ha enseñado más a confesar que a no pecar. Le enseñamos: “como vas  a pecar allí está 1 Juan 1:9. Pero nunca les decimos Romanos 6:12-14 que enfatiza que podemos dejar de pecar, porque tenemos el poder de Cristo. La tercera es una visión materialista. La gente aprende a compensar en lugar de confesar. Es decir le dicen a Dios, “sé que estoy mal pero te voy a servir y hacer cosas para ti”. Mientras me mantenga ocupado en las cosas ministeriales, no importa que no confiese.

 Saúl sustituyó sacrificios por obediencia (vrs. 21) “Para ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios en Gilgal”. En el  vrs. 21 dice: “las primicias del anatema”. ¿Qué es esto? Como se le puede ofrecer algo a Dios que está “maldito”. Esto es lo que Saúl le está ofreciendo a Dios. Hace poco leí la historia de un productor de pornografía que ofrenda a su iglesia local el diezmo de todo lo que su industria produce. Esto es ofrecer primicias del anatema. O del narcotraficante que abona a la iglesia de algún pastor reconocido para ayudarlo a construir su imperio.  En este contexto la adivinación está ligada a la rebelión  y la obstinación con la idolatría. ¿Por qué se ligan así? La palabra rebelión  denota una acción fuerte y de calidad. Estos dos términos nos hablan  por un lado de una persona desafiante, y por otro lado de una persona altanera  que impulsa su propia voluntad  en desafío abierto  a la de Dios.  La hechicería es querer conocer lo sobrenatural aparte de Dios. La obstinación  implica querer hacer un Dios a mi antojo y criterio. Así que el texto dice que la rebelión es como el pecado de hechicería y la obstinación  como idolatría”

* Saúl sustituyó la voluntad de Dios por su voluntad  (vrs. 23) “Por cuanto tu desechaste  la Palabra de Jehová, el también te ha desechado. Lo curioso del caso en el texto es que Saúl usa tres veces la palabra pecado. Dos veces “he pecado” y una vez “mi pecado”. Pero solo es para aparentar. En realidad el no tiene ningún interés en apartarse de su maldad. El punto no es que haya desechado la Palabra de Dios, el punto es que la desechó y se expone como que no ha hecho nada malo y que Dios tiene que respaldarlo. La desobediencia  demuestra temor puesto en el lugar equivocado. Saúl dice que lo hizo porque le tuvo miedo al pueblo (15:11). La desobediencia  demuestra deleite puesto en el lugar equivocado. Trató de persuadir a Samuel que las ovejas eran de lo mejor y eran de calidad. La desobediencia demuestra alabanza puesta en el lugar equivocado.  Cuando Saúl derrotó a los amalecitas, lo primero que hizo fue levantarse un monumento para sí mismo (vrs. 12) Y es que no hay persona más arrogante y autocomplaciente que la que está desobedeciendo a Dios. Son el centro de la atención, se “levantan  monumentos” para que las veamos y las admiremos, etc. La desobediencia demuestra un rumbo equivocado. Llanamente Samuel le desarma todo sus argumentos y le dice que su desobediencia es adivinación  e idolatría. No hay disfraz en la forma que se señala. No hay “un poquito de misericordia” “comprensión” no hay “todos somos humanos” ¡No! Porque? Porque es una persona terca y la persona terca no necesita misericordia, necesita la confrontación con la verdad.

 Saúl sustituyó carácter por reputación. (vrs. 24) “Porque temí al pueblo y consentí a la voz de ellos…” La última característica tiene que ver con lo que Saúl dice en el vrs. 24. El expresa que temió y consintió a la voz del pueblo. Alguien ha dicho que carácter es lo que Dios piensa de mí y reputación es lo que la gente piensa de mí. Cuando nos sentimos mejor con los que no son de Dios que lo que Dios mismo dice entonces hemos cambiado el carácter por reputación.


El remedio para la  rebeldía  y la terquedad  (1 Samuel 15:25-35)
Indudablemente Dios quería enseñar una lección a Saúl y todo el pueblo y por ende a todos los que leyéramos esta porción de la Biblia.  Hay medidas que Dios toma para mostrar su remedio.

* Te destituye.   “Lo ha dado a un prójimo tuyo mejor que tú…” Una de las cosas que me impresiona de las personas que desafían a Dios es que creen que Dios los necesita y que si ellos no están Dios va a entrar en crisis. Pero eso es arrogancia. Dios no nos necesita, nos usa por su misericordia y gracia. De seguro que siempre habrá alguien mejor que tú para hacer sus planes. Somos reemplazables, nadie es indispensable.

 Te desenmascara. “Traedme  a Agag el rey”. Se pueden imaginar después del culto en donde supuestamente Saúl adora a Dios en desobediencia, el que Samuel traiga a a Agag implica que muestra el pecado de Saúl  a la audiencia.


* Te desestima. “Nunca después…” Eso implica que Dios desestimó a Saúl y le dolió en su corazón haberle dado esa posición. Qué triste es terminar una vida así. Desestimado por Dios pero aparentemente sin ningún problema.

Es importante hacerse preguntas con respecto a su vida:

¿Soy rebelde al mandato y las instrucciones claras de Dios?  
¿Estoy siendo terco en cuanto a cosas que son malas pero que insisto en seguirlas haciendo? ¿Qué tal con las "fiestas paganas"?
¿ Me he dado cuenta que desobedecer y ser terco es más grave ante los ojos de Dios de lo que pienso?

¿Voy a esperar a que Dios me discipline y desestime mi vida por no cambiar mi terquedad?
 



LA TRINIDAD PROFANA
Y salió aquel ángel que hablaba conmigo, y me dijo: Alza ahora tus ojos, y mira qué es esto que sale. Y dije: ¿Qué es? Y él dijo: Este es un efa que sale. Además dijo: Esta es la iniquidad de ellos en toda la tierra. Y he aquí, levantaron la tapa de plomo, y una mujer estaba sentada en medio de aquel efa. Y él dijo: Esta es la Maldad; y la echó dentro del efa, y echó la masa de plomo en la boca del efa.
Alcé luego mis ojos, y miré, y he aquí dos mujeres que salían, y traían viento en sus alas, y tenían alas como de cigüeña, y alzaron el efa entre la tierra y los cielos.
Dije al ángel que hablaba conmigo: ¿A dónde llevan el efa? 
Y él me respondió: Para que le sea edificada casa en tierra de Sinar; y cuando esté preparada lo pondrán sobre su base.(Zacarías 5:5-11).
 
La Iglesia es el cuerpo de CRISTO en las naciones. Son los redimidos por Su sangre, los llamados-fuera, escogidos para conocer más al Padre y a ÉL, esto es tener la vida eterna, NO son estructuras, instituciones, sectores, ni denominaciones...

Cualquier cosa para el yo es carne. “La ramera es la naturaleza carnal del hombre que ha tomado su gobierno en las instituciones, organizaciones, sectores y formalismos mal llamados iglesias:—auto-engrandecimiento, hombres buscando incremento de los rebaños para ellos mismos. Cuentan a los miembros y se glorían en ellos. Son dueños de sus propias ovejas y las llaman Mías. Mienten porque no son Mis ovejas. Hacen discípulos para sí mismos, de sí mismos y por ellos mismos. Despluman a sus rebaños por causa de su propia sórdida ganancia. No son Mis ministerios. Son asalariados y Nicolaítas.”

El espíritu de la ramera, hijo Mío, es cualquier cosa para el Yo. Mi esposa, Mi esposa santa esta vestida de justicia. Sólo tiene ojos para Mí. Ella está completamente consagrada a Mí. Ella es pura y no conoce corrupción ni busca nada para ella misma. Ella es la vida consagrada. Se niega de todo yo, toma su cruz y me sigue diariamente. Mi esposa es hermosa y brilla en la inocencia de su santidad. Está separada para Mí. Está unida a Mí. Yo soy su esposo y ella es Mí único amor verdadero. Yo la he dado a luz. Le he dado su cena. La he adornado en justicia, hermosura y santidad. Mi esposa es difícil de ver en el mundo porque está en silencio, carece de pretensiones, es humilde—está escondida en Mí. Pero la ramera—ella es ruidosa y está siempre alborotada. Se busca a sí misma. Desea expandir su regazo con las riquezas de las naciones. Busca el Yo en todo y todo lo que hace lo hace para el Yo. Ha pintado Su cara con toda forma de atrocidades. Aborrece a la esposa. Porque no tiene marido. Ella es una ramera. Toma a cualquiera o a cualquier cosa en su regazo si le produce incremento. Ella es una abominación para Mí porque está llena de jactancia. Ella es engañosa. Es carnal. Es una ramera. Una ramera es infiel. Ella es la falsificación.."

Dondequiera que haya una de estas cosas que se institucionalizan y que equivocadamente llamamos iglesia, hay una obra de la carne. Si es de la carne, entonces es idolátrica. Si es idolátrica, está infestada de demonios. Si está infestada de demonios, va a ser motivada por la manipulación y el control, que es en sí la práctica de la brujería en la más amplia y sutil definición del término. Si es la práctica de la brujería, entonces los demonios de brujería van a estar pululando. Aunque vengan en grados distintos de fuerza—lo más probable es que cada una de estas Cosas tenga algún poder o principado asignado para gobernar sobre ella. Este hedor de carne atrae a los demonios de brujería.

En la Biblia, los demonios se asocian con la idolatría. El Señor habló a Moisés en Levítico 17:7 en referencia a los israelitas, diciendo, “Nunca mas sacrificarán sus sacrificios a los demonios, tras de los cuales han fornicado.” Así pues, esta Cosa que llamamos iglesia está poseída de demonios—todos los demonios de la Babilonia espiritual. Creo que el más destacado de los demonios de la Babilonia espiritual, es el espíritu de Babilonia mismo. (En los tiempos de gobierno Persa sobre Babilonia, Daniel identificó al príncipe del Reino de Persia. Daniel 10:13. Este “príncipe”, se entiende por el contexto de las Escrituras, es una fortaleza demoníaca sobre Persia). El espíritu de Babilonia obra en concierto con el espíritu de brujería y es monstruoso en naturaleza y tamaño.

LA TRINIDAD PROFANA

Cuando este espíritu babilónico es expuesto más claramente, otras tres influencias demoníacas se ven trabajando en concierto una con otra, para gobernar sobre las iglesias carnales. Son un espíritu matriarcal, un espíritu de Jezabel, y un espíritu de brujería. Estos espíritus operan como tres en uno para formar la “trinidad profana” en oposición al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

ESPÍRITU MATRIARCAL
El espíritu matriarcal es una falsificación del Padre-Dios. De acuerdo con el Diccionario/Thessaurus Universitario Merriam-Webster’s, una matriarca es una “mujer que gobierna o domina a una familia... la madre siendo la cabeza y la gobernadora de su familia y descendientes. “Apocalipsis 17:5-6 revela que este “MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE”, se llama “LA MADRE DE LAS RAMERAS”. Esta madre en Apocalipsis es un espíritu matriarcal. No tiene marido, tiene descendencia, y gobierna sobre esa descendencia. Llama rameras a su descendencia y tiene muchas de ellas. El espíritu matriarcal se nota más por esto: conquista. Domina su casa. Quita el gobierno de cualquiera a su alcance. Conquista todo poder de decisión. Conquista conversaciones. Contesta por otros. Conquista las vidas de las personas. Los que están bajo su dedo disminuyen, son asfixiados y pierden su identidad en ella. Ella amadrina; ella sofoca. Este dominio ocurre por todas partes—en la sociedad, en el hogar y particularmente, en la iglesia.

Está extremadamente fuera del orden divino cuando sucede, pero es especialmente gravoso para Dios cuando conquista entre la familia de Dios que construyen para ellos mismos estas Cosas que llamamos iglesia. El espíritu matriarcal usurpa el papel del patriarca para que pueda formar la familia por sí misma. Gana control sobre la casa por medio del espíritu de Jezabel.

JEZABEL
El espíritu de Jezabel (ramera) es una falsificación del Hijo, Jesús. El espíritu de Jezabel usa cualquier medio posible para enredarnos en su red de ataduras. Da vueltas alrededor de su brujería para conseguir esto.

BRIUERÍA
El espíritu de brujería es una falsificación del Espíritu Santo. La brujería es, entre otras muchas cosas, seductora, atractiva, engañosa, insistente, provocadora de temor, vergonzosa, manipuladora, controladora, provocadora de culpa y ofensiva.
Con el tiempo, esta trinidad profana tomará dominio en cada situación del sistema de iglesia ramera.
POTENCIANDO EL ESPIRITU MATRIARCALEstas tres manifestaciones obran juntas como una. Tienen diferentes funciones pero trabajan para lograr un mismo objetivo final—dar el dominio de la casa al espíritu matriarcal.

Falsifican las funciones del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. De la misma forma que la función del Espíritu Santo es glorificar al Hijo, la función de la brujería es ayudar a Jezabel a lograr sus metas. De la misma forma que Jesús vino a glorificar al Padre, la función de Jezabel es finalmente potenciar/glorificar al espíritu matriarcal. Jezabel practica la discriminación a los hombres (lo masculino) para poder eliminar a los patriarcas, dejando el gobierno de la casa en poder del espíritu matriarcal únicamente.

Estos tres--el matriarcado, Jezabel y la brujería—están tan enredados que cuando el espíritu de Jezabel madura, por así decirlo, se convierte en el matriarcado. Se ilustra lo que con frecuencia sucede en el sistema de la iglesia. Por ejemplo: El pastor que quiere dominio sobre “sus” ovejas suprime sus dones y ministerios para poder tener el gobierno sobre ellos.


Él quiere—esa es Jezabel; el suprime—esa es la brujería; él gobierna—ese el matriarcado. Esta trinidad profana no tiene un género específico. Opera igual a través de varón o mujer para asegurar su dominio sobre la casa. El verdadero Patriarca de la ekklesia de Dios es Dios el Padre-Dios. En el momento en que Su pueblo se someta a otra autoridad espiritual como cabeza, el matriarcado conquista tanto si el liderazgo es masculino o femenino.

El sistema de iglesia en conjunto está estructurado para el dominio injusto de unos pocos sobre muchos. Phil Perry dice respecto del sistema de la iglesia ramera que “o bien te mantiene dominando, o bien te hace débil.” La brujería y Jezabel en estas Cosas que llamamos iglesia potencian a unos con autoridad impía y aprisionan a otros bajo esa autoridad impía.
LA MUJER EN LA CESTAEl pasaje de Zacarías 5:5-11 respecto de “la mujer en la cesta” es un cuadro de esta trinidad profana. Un ángel mostró a Zacarías una cesta (efa, que es una vasija para medidas sólidas), y Zacarías observó que la apariencia del efa (cesta) salía por toda la tierra.

La cesta es como el sistema de la iglesia que de hecho ha salido por toda la tierra.
El ángel levantó la tapa de plomo del efa, dejando que Zacarías viera a una mujer dentro. El ángel identificó a la mujer como “Iniquidad.”


La iniquidad es como un espíritu matriarcal que busca gobernar las iglesias. Es la personificación de la iniquidad, la mente carnal, la abominación desoladora del lugar santo, que está donde no debería estar. Marcos 13:14.

El ángel arrojó una masa de plomo sobre la boca del efa para esconderla. (El plomo es pesado, semejante a la pesadez que cae cuando el espíritu matriarcal aparece). El ángel, por tanto la encerró durante un período de tiempo.
El espíritu matriarcal en las iglesias ha sido escondido hasta ahora, pero pronto será revelado cuando se siente sobre su trono en su propia casa.

Entonces Zacarías vio a dos mujeres que venían con el viento de sus alas. Sus alas eran como las de una cigüeña. Las dos mujeres son como los espíritus de Jezabel y de la brujería que obran en concierto con el espíritu matriarcal. Estas dos mujeres cogieron el cesto con la mujer Iniquidad, dentro, y lo llevaron a Sinar que es Babilonia.
Sinar es la cautividad babilónica de la iglesia, llamada el sistema de la iglesia ramera.

Las dos mujeres llevaron el cesto a Sinar para edificar casa para Iniquidad. Será su propia casa y será establecida. Una vez que esté establecida, será puesta sobre un pedestal (base, fundamento, lugar de cimiento). Será la cabeza de la misma.

Los espíritus de Jezabel y de la brujería llevaron a esta mujer a Sinar, el lugar del sistema de la iglesia ramera, para edificar casa para ella. Su casa es una falsificación del templo del Espíritu Santo—todos los cristianos verdaderos— sobre los que Cristo es la cabeza.

Cuando la casa esté preparada, la Iniquidad, el espíritu matriarcal, estaría puesta sobre su pedestal, aparentemente para recibir todas las cosas para ella misma, para poder ser todo en todos. Esto falsifica el destino de Jesús, quien, cuando todas las cosas le hayan sido sujetas, también se sujetará a Dios para que Dios pueda ser todo en todos. 1ª Co. 15:28.
La trama de la trinidad profana está siendo desarrollada hasta su cumplimiento en el sistema de la iglesia ramera hoy: el espíritu de Jezabel esta siendo transformado en la matriarca.

"... Una fiera batalla ha comenzado en los lugares celestiales. Todo el infierno se ha soltado para destruir a Mis siervos si pudieran, pero no pueden ni siquiera tocarlos porque están muertos y escondidos en Mí. Por eso el temor es tan apremiante. Es real. No obstante, Mis siervos de hecho me seguirán dondequiera que Yo vaya a cualquier precio para sus vidas.”

¿Por qué es tan duro dejar Babilonia? ¿Por qué no pueden los cristianos simplemente alejarse de ella?

“Los Espíritus de Babilonia son numerosos y muy irresistibles. En la cabeza del sistema está la madre de las rameras, Jezabel. Se viste como si fuera la esposa y así ha engañado a lo mejor de los corazones. Sin embargo, es un espíritu engañoso. Sus formas seductoras atraen a la carne de los hombres y a su deseo de poder, posición y riquezas. Obrando debajo de ella, están todos los Acabs: los reyes y los gobernantes en las iglesias, espíritus que operan por medio de hombres orgullosos. Los Acabs son los Nicolaítas—los conquistadores del pueblo. Son el sistema del clero que se eleva por encima de la gente. Trabajando para ellos hay otros demonios como el orgullo, la altivez, el control, la posición, la autoridad, el poder, la posesividad, el dominio, la propiedad y los celos.”

“Estos espíritus gobiernan las iglesias, los sistemas y el pueblo bajo ellos. Gobiernan a través de espíritus de temor, y de intimidación. Cooperando con ellos están los espíritus de la tradición, el dogmatismo, el sectarismo, la doctrina, el sentimentalismo, el denominacionalismo; los espíritus de guerra son la confusión, el odio, la división, la tendencia a la división, la amargura, y cosas semejantes. Estas cosas se aferran a los hombres y son fortalezas en las mentes de los hombres. Pero en la raíz de todas ellas están los despreciables espíritus de religión."

“Para que los hombres salgan, primero tienen que entender estas cosas. Después tendrán que arrepentirse de ellas y venir a Mí con corazón puro. Les libraré. Les separaré y limpiaré sus corazones corrompidos. Les revestiré en disposición y les prepararé para el banquete en Mi mesa. Les alimentaré con el buen forraje de Mi palabra en lugar de las ramas secas de las mentes de los hombres, difíciles de digerir. ¿Quién podrá digerir el intelecto humano? ¿Quién podrá tragarse sus mentiras y engaños? La respuesta es todo el mundo. Porque el hombre es necio y carente de conocimiento.

Pero el que tiene Mi Espíritu tendrá hambre y sed de Mí, y Yo le revelaré Mi naturaleza. Vendrá a Mí y cenaré con él y él conmigo. Ése es el que podrá salir de la ramera.”
“Ese es el que saldrá de la ramera, porque no perderé a ninguno de los que el Padre me ha dado—a ninguno excepto al hijo de perdición.”

“Señor, ¿Qué haré con esta palabra?”
“Proclámala desde las azoteas. Proclámala a las naciones. Lo que te ha sido revelado en secreto, proclámalo públicamente. ¡Sé valiente! ¡Sé directo! ¡Sé fuerte! ¡Proclámalo con fuerza! Sacude naciones. Sacude sus puertas. Sacude sus fundamentos. Si no pueden permanecer, no son Míos. Si puede cerrarse y clausurarse, no es Mío. Si puede ser llevado por el viento, no es Mío. Si produce ira y violencia, murmuración maliciosa, calumnias y mentiras en los que lo escuchan, no es Mío, porque tales cosas no salen de Mí.


“Mira, Yo he puesto Mi fundamento. He edificado Mis muros. Y ahora estoy dejando caer la plomada. Mi palabra de Verdad sale. Lo que no se alíe con Mi palabra será derribado y arrojado al mar. Envío a Mis profetas de nuevo. Salen en el Espíritu de Elías, predicando el Reino de Dios y llamando a todos los hombres al arrepentimiento y a sumergirse en Jesús. Son Mis “Juanes Bautistas”. Salen para preparar el camino del Señor.”

“¿Volveré para casarme con una ramera? ¡Que repulsivo para Mí! Tampoco tomaré para Mí a los que estén unidos a ella.
Escudriñad vuestros corazones, pueblo Mío. Babilonia está en el corazón. Salid de ella y ella saldrá de vosotros. Sión, de igual forma, está en el corazón. Venid a Mí y Yo seré vuestro único amor.”

“Levantaos, resplandeced. Venid a Mí.”

EL ESPÍRITU SANTO ES EL ÚNICO QUE SIEMPRE GUÍA A CRISTO Y CRISTO EDIFICA A SU ESPOSA EN SU VERDAD Y EN SU AMOR.


Autores: Jenny y Hugo G.
Bogotá - Colombia