Nunca
se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de
noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo
que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino,
y todo te saldrá bien. Josué 1:8.
Este
libro, es el libro más controversial, más aborrecido y más amado
que se haya publicado. Por este libro ha causado la muerte de
innumerables personas en el mundo y ha conducido a la vida eterna a
millones de personas también.
A
través de la historia, Satanás se ha valido de todos los medios
imaginables para atacar a los que aman este libro. Ya estamos en el
siglo XX y Satanás ha echado mano a una técnica muy astuta para que
las personas no lean las Sagradas Escrituras (la Biblia).
El
ataque llega a través del cine, la televisión y el internet. Cada
vez que pueden hacen que el “malo” de la historia sea un chiflado
que cita la Biblia, que por lo general es peor que Frankestein. Los
creyentes reciben de otros creyentes y de perdidos el consejo de que
no lean la Biblia para que no se chiflen. ¡Bravo
otro punto para Satanás!
En
algunos países hay cristianos presos por amar la Biblia, su único
consuelo ahora es repetir aquellos versículos que aprendieron de
memoria antes de caer presos. ¿TENDRÍAS
EL MISMO CONSUELO TÚ EN SEMEJANTE SITUACIÓN? PUEDE SER QUE A TI TE
TOQUE PRONTO.
Probablemente
pasemos la mayor parte del tiempo en esas trampas mortales: el
internet y la televisión; se ha dicho que uno ve la tv y/o el
internet mínimo 3 hrs. ½ al día. ¡Deja de ver por lo menos 1 hora
esos tontos programas de tv y de ver cosas infructuosas en el
internet y ponte a estudiar la Palabra de YAHWEH (la Biblia)!
Solo
así podrás experimentar un cambio en tu vida, conocerás el
carácter del Padre, sabrás el propósito de tu vida y al mismo
tiempo sabrás cómo conducirte en la vida del mundo que te rodea,
además podrás discernir entre el bien y el mal, lo que al Padre le
agrada y le desagrada, por el simple conocimiento de Su Palabra.
¡DEJA
YA TUS EXCUSAS!
Toda
la Escritura es inspirada por YAHWEH, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena
obra. 2 Timoteo 3:17, 17.