[Parte I]
Yahshúa
(Jesús) afirmó que Él era DIOS, y se condujo durante su vida
conforme a esa declaración.
Su
unidad con el Padre, su poder Creador, su atributo perdonador de
pecados, la aceptación de adoración a su Persona, su Eternidad, su
Omnisciencia. Todo en Él manifiesta su Deidad.
La
Escritura afirma explícitamente que Yahshúa (Jesús)
es DIOS:
Tomás,
en respuesta, le dijo: ¡Señor mío y DIOS mío! (Jn. 20:28).
Y
los patriarcas, y por medio de quienes apareció Yahshúa en la
carne, que es DIOS sobre todas las cosas, a quien son nuestras
alabanzas y nuestras bendiciones eternamente y para siempre. Amén
(Ro. 9:5).
Haya
en ustedes este modo de pensar que también hubo en Yahshúa (Jesús),
quien siendo a la imagen de YAHWEH no consideró el aferrarse a ella,
siendo que es igual a DIOS (Fil. 2:5-6).
Para
que el nombre de nuestro Adón (Señor) Yahshúa sea glorificado
entre ustedes, y también ustedes con Él, según la gracia de
nuestro YHWH y SEÑOR nuestro Yahshúa (2ª Ts. 1:12).
A
la expectativa de la esperanza bendita y la manifestación gloriosa
del gran Elohim y Salvador nuestro, Yahshúa (Tit. 2:13).
Mientras
que del Hijo dice: Tu trono, oh DIOS, es eterno; cetro
de
equidad es el cetro de Tu reino (He. 1:8).