jueves, 29 de agosto de 2019

LA DEIDAD DEL HIJO, YAHSHÚA:


[Parte I]

Yahshúa (Jesús) afirmó que Él era DIOS, y se condujo durante su vida conforme a esa declaración.
Su unidad con el Padre, su poder Creador, su atributo perdonador de pecados, la aceptación de adoración a su Persona, su Eternidad, su Omnisciencia. Todo en Él manifiesta su Deidad.
La Escritura afirma explícitamente que Yahshúa (Jesús) es DIOS:

Tomás, en respuesta, le dijo: ¡Señor mío y DIOS mío! (Jn. 20:28).

Y los patriarcas, y por medio de quienes apareció Yahshúa en la carne, que es DIOS sobre todas las cosas, a quien son nuestras alabanzas y nuestras bendiciones eternamente y para siempre. Amén (Ro. 9:5).

Haya en ustedes este modo de pensar que también hubo en Yahshúa (Jesús), quien siendo a la imagen de YAHWEH no consideró el aferrarse a ella, siendo que es igual a DIOS (Fil. 2:5-6).

Para que el nombre de nuestro Adón (Señor) Yahshúa sea glorificado entre ustedes, y también ustedes con Él, según la gracia de nuestro YHWH y SEÑOR nuestro Yahshúa (2ª Ts. 1:12).

A la expectativa de la esperanza bendita y la manifestación gloriosa del gran Elohim y Salvador nuestro, Yahshúa (Tit. 2:13).

Mientras que del Hijo dice: Tu trono, oh DIOS, es eterno; cetro
de equidad es el cetro de Tu reino (He. 1:8).

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