Actualmente,
muchas personas hablan acerca de la gracia de YAHWEH (DIOS); se
mencionan frecuentemente frases y pasajes bíblicos como: “La
salvación es por gracia”, “estamos bajo la gracia” y “soy
salvo por la gracia de DIOS”. La palabra gracia viene del griego
“CHARIS”[1] y quiere decir “EL FAVOR INMERECIDO DE
DIOS”. La gracia de DIOS para el hombre se resume en el llamado
para el arrepentimiento y la muerte del precioso Hijo de DIOS,
Jesucristo, para PAGAR la culpa de los pecadores. Esto lo hizo DIOS
por gracia, como FAVOR ya que NO tenía ninguna obligación de hacer
esto.
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[1]
“Strong’s Exhaustive Concordance of the Bible”.; James Strong;
World Bible Publishers; Iowa; pág. 77 del Diccionario Griego. “The
New Thayer’s Greek English Lexicon of the New Testament”; Joeph
Henry Thayer; Hendrickson Publishers; Massachusetts; 1979; pág. 665.
1.)
Cuando una persona totalmente arrepentida y quebrantada entiende que
Yahshúa (Jesús) le amó tanto que murió por ella y confía con
todo su corazón en ese Jesús, ha recibido la salvación por gracia.
“testificando
a judíos y a gentiles acerca del ARREPENTIMIENTO PARA CON DIOS, y de
la FE EN NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO...Y ahora, hermanos, os encomiendo
a DIOS y a la Palabra de Su gracia”. Hechos 20.21 y 32.
¡Este
es el evangelio de la gracia!, todo aquél que recibe este mensaje y
lo vive está bajo EL FAVOR o Gracia Divina y tendrá la bendición y
ayuda de DIOS para vivir como el Padre manda e ir al cielo. Es muy
importante dejar claro que la verdadera gracia que salva no es una
especie de permiso que DIOS le extiende a los creyentes para pecar
sin ser castigados (como si fuera una especie de indulgencia
católica) sino al contrario, ¡es un poder divino para ser libre del
pecado!
2.)
La gracia que salva: es la que nos enseña a renunciar al pecado y al
mundo y a vivir para Yahshúa (Jesucristo) de todo corazón.
“Porque
por gracia de DIOS se ha manifestado para salvación a todos los
hombres, ENSEÑÁNDONOS que, RENUNCIANDO a la impiedad (pecado) y a
los deseos mundanos (búsqueda de placer y divisiones vanas,
carnales, propias de los inconversos), vivamos en este siglo sobria,
justa (haciendo el bien a los demás) y piadosamente (devotos y
dedicados a las cosas de Jesucristo)”. Tito 2.11-12. Paréntesis
del autor.