viernes, 5 de julio de 2019

LA VERDADERA GRACIA


 Actualmente, muchas personas hablan acerca de la gracia de YAHWEH (DIOS); se mencionan frecuentemente frases y pasajes bíblicos como: “La salvación es por gracia”, “estamos bajo la gracia” y “soy salvo por la gracia de DIOS”. La palabra gracia viene del griego “CHARIS”[1] y quiere decir “EL FAVOR INMERECIDO DE DIOS”. La gracia de DIOS para el hombre se resume en el llamado para el arrepentimiento y la muerte del precioso Hijo de DIOS, Jesucristo, para PAGAR la culpa de los pecadores. Esto lo hizo DIOS por gracia, como FAVOR ya que NO tenía ninguna obligación de hacer esto.

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[1] “Strong’s Exhaustive Concordance of the Bible”.; James Strong; World Bible Publishers; Iowa; pág. 77 del Diccionario Griego. “The New Thayer’s Greek English Lexicon of the New Testament”; Joeph Henry Thayer; Hendrickson Publishers; Massachusetts; 1979; pág. 665.


1.) Cuando una persona totalmente arrepentida y quebrantada entiende que Yahshúa (Jesús) le amó tanto que murió por ella y confía con todo su corazón en ese Jesús, ha recibido la salvación por gracia.

testificando a judíos y a gentiles acerca del ARREPENTIMIENTO PARA CON DIOS, y de la FE EN NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO...Y ahora, hermanos, os encomiendo a DIOS y a la Palabra de Su gracia”. Hechos 20.21 y 32.

¡Este es el evangelio de la gracia!, todo aquél que recibe este mensaje y lo vive está bajo EL FAVOR o Gracia Divina y tendrá la bendición y ayuda de DIOS para vivir como el Padre manda e ir al cielo. Es muy importante dejar claro que la verdadera gracia que salva no es una especie de permiso que DIOS le extiende a los creyentes para pecar sin ser castigados (como si fuera una especie de indulgencia católica) sino al contrario, ¡es un poder divino para ser libre del pecado!

2.) La gracia que salva: es la que nos enseña a renunciar al pecado y al mundo y a vivir para Yahshúa (Jesucristo) de todo corazón.

Porque por gracia de DIOS se ha manifestado para salvación a todos los hombres, ENSEÑÁNDONOS que, RENUNCIANDO a la impiedad (pecado) y a los deseos mundanos (búsqueda de placer y divisiones vanas, carnales, propias de los inconversos), vivamos en este siglo sobria, justa (haciendo el bien a los demás) y piadosamente (devotos y dedicados a las cosas de Jesucristo)”. Tito 2.11-12. Paréntesis del autor.

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